Cantar de los Cantares 1:1-2:7
1:2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
Porque mejores son tus amores que el vino.
1:3 A más del olor de tus suaves ungüentos,
tu nombre es como ungüento derramado;
Por eso las doncellas te aman.
1:4 Atráeme; en pos de ti correremos.
El rey me ha metido en sus cámaras;
nos gozaremos y alegraremos en ti;
nos acordaremos de tus amores más que del vino;
con razón te aman.
1:5 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable
como las tiendas de Cedar,
como las cortinas de Salomón.
1:6 No reparéis en que soy morena,
Porque el sol me miró.
Los hijos de mi madre se airaron contra mí;
me pusieron a guardar las viñas;
y mi viña, que era mía, no guardé.
1:7 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,
dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;
pues ¿por qué había de estar yo como errante
junto a los rebaños de tus compañeros?
1:8 Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,
ve, sigue las huellas del rebaño,
y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.
1:9 A yegua de los carros de Faraón
te he comparado, amiga mía.
1:10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,
tu cuello entre los collares.
1:11 Zarcillos de oro te haremos,
tachonados de plata.
1:12 Mientras el rey estaba en su reclinatorio,
mi nardo dio su olor.
1:13 Mi amado es para mí un manojito de mirra,
que reposa entre mis pechos.
1:14 Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi
es para mí mi amado.
1:15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;
he aquí eres bella; tus ojos son como palomas.
1:16 He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce;
nuestro lecho es de flores.
1:17 Las vigas de nuestra casa son de cedro,
y de ciprés los artesonados.
2:1 Yo soy la rosa de Sarón,
y el lirio de los valles.
2:2 Como el lirio entre los espinos,
así es mi amiga entre las doncellas.
2:3 Como el manzano entre los árboles silvestres,
así es mi amado entre los jóvenes;
bajo la sombra del deseado me senté,
y su fruto fue dulce a mi paladar.
2:4 Me llevó a la casa del banquete,
y su bandera sobre mí fue amor.
2:5 Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas;
porque estoy enferma de amor.
2:6 Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
y su derecha me abrace.
2:7 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,
por los corzos y por las ciervas del campo,
que no despertéis ni hagáis velar al amor,
hasta que quiera.
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